noviembre 04, 2009

Cuando no hay salida, justo ahí empieza a correr.
En el instante en que todo esta servido con un ramillete de oportunidades y los caminos se abren a su disposición... VA, pero para el otro lado.
El conflicto es tal, que solo en situaciones de riesgo y límites, cuando ya no hay lugar para divagar logra hacer las cosas bien. ¿Qué es hacer las cosas bien?¿Hacer l o que todos hacen? ¿Hacer lo que le imponen? No. Solo en situaciones extremas puede hacer lo que siente de corazón, con el alma abierta y sentirse llena. No hay momentos de satisfacción gratuita y sin esfuerzo, no se lo permite. Y no hablo de amor, hablo de eso que todos los días debería hacer para encontrarse el rayito de luz que lleva adentro.
Se preguntó una y otra vez ¿Porque debe llegar siempre así? apurada, sin un instante de goce alternativo ¿Por que siempre insatisfecha? ¿Porque tanta exigencia a lo natural? planteándose ¿Por que no cambiar? Prometiéndose que no volvería a ocurrir, y al instante lo mismo.
Igual le sucede cuando sabe que va en camino a hacer todo mal, hacerse mal, la ruta esta destruida, y ella conduce a 180km/h, los carteles se lo advierten en rojo, pero sigue.
Y cuando por fin el dolor la rodea por haber perdido, por haberse encerrado, por mezquinar sus sentimientos, sus aromas, su voz, las lágrimas, el tiempo… cuando sola ya se siente y devastada, ahí sale a caminar a respirar.
La infelicidad parece ser su refugio, amores contrariados y no correspondidos son su final, su debilidad, amistades vacías la rodean y son impulso de encierro, sin libertad, en soledad... si son mas o son menos, si comparten o disienten, en todos los casos nunca es suficiente, si ellos son menos, si ella lo es...
Encuentra en detalles los rayitos de su interior por la calle, en la vereda, en el tren, en un árbol, en un charco de agua, en alguna sonrisa perdida, en una nube con forma de caramelo, un lugar oculto para todos, visible para ella, en un instante hecho foto. Pero los pisotea y se da vuelta para no encontrarlos más... y suspira como aliviándose de no cargar con algo nuevo. Cobarde.

De vez en cuando mira en su interior, se mira a los ojos, toca sus labios y se dice a si misma:

“¿Cuántas gotas más tengo que dejar caer para ver desbordar esta marea?"

.:M.::.V:.

2 comentarios:

  1. La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.
    Habrá que plantearse de que lado esta cada uno.

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